Aspectos psicológicos del dolor

6 de junio de 2023

El dolor se entiende como un fenómeno complejo y multidimensional en el que el individuo no sólo tiene una experiencia perceptiva, sino también afectiva, que está condicionada por múltiples elementos interactivos (biológicos, psíquicos y socioculturales). Las variables cognitivas y emocionales, concretamente la ansiedad, la tristeza y la ira, parecen explicar mejor las variables de personalidad y las diferencias individuales en cuanto a percepción y tolerancia al dolor. Así mismo, la falta de expresión emocional se ha relacionado claramente con una mayor experiencia dolorosa.

Cuando se siente o se vive con dolor, habitualmente sumamos a nuestro estado una serie de sensaciones como el mal humor, la ansiedad y la falta de ganas de hacer las cosas de las antes disfrutábamos. Poco a poco, nuestro foco vital se reduce a quedarnos en casa, disminuimos las salidas y reducimos nuestro entorno social. El dolor acapara nuestras vidas.

Cualquier dolor tiene un componente psicológico asociado. La ansiedad es uno de los factores emocionales más habituales en dolor crónico. Esta relacionado con el hecho de que personas con altos niveles de ansiedad centran su atención en las sensaciones corporales que definen su dolor, haciendo que su grado de dolor se mantenga o incluso aumente. La tristeza, desesperanza, pesimismo, contribuyen a que la persona lo perciba con mayor intensidad.

Consecuencias del dolor crónico

PROBLEMAS PSICOLÓGICOS:

  • Ansiedad
  • Depresión
  • Insomnio
  • Baja autoestima

PROBLEMAS EN RELACIONES PERSONALES:

  • Con familiares
  • Con la pareja
  • Aislamiento voluntario

CALIDAD DE VIDA:

  • Disminución de la actividad física
  • Falta de independencia
  • Disminución del ocio y entretenimiento

PROBLEMAS ECONÓMICOS:

  • Baja laboral
  • Costes sanitarios
  • Incapacidad

Cuando percibimos un dolor crónico, entramos en una experiencia de duelo constante entrando en un círculo vicioso según el cual evitamos la actividad, la falta de movilidad nos produce tensión muscular que incrementa nuestro dolor dando lugar a reacciones emocionales negativas que disminuyen a su vez la tolerancia al dolor y parece que nos duele cada vez más. Debido a todo ello, entramos en un proceso de aislamiento y frustración que pueden dar lugar a procesos de ansiedad o depresión.

Cómo afrontarlo

La escasa aplicación de tratamientos psicológicos a personas aquejadas con dolor crónico, resulta paradójica si tenemos en cuenta la efectividad que están mostrando en este campo. A continuación se exponen las terapias más estudiadas:

  • Relajación: la aplicación de esta técnica en sujetos con dolor se fundamenta en la idea de que el dolor provoca tensión y frecuentemente ansiedad, lo cual puede a su vez aumentar el dolor. A través de la relajación se consigue una disminución de la actividad adrenérgica y un aumento de la actividad parasimpática que se supone ayudan a disminuir la ansiedad, la tensión e indirectamente el dolor.
  • Biofeedback: esta técnica tendría como objetivo restablecer la auto-regulación.
  • Hipnosis: el empleo de la hipnosis con pacientes aquejados de dolor se sustenta en la idea de que éste constituye un fenómeno biopsicosocial en donde emociones, pensamientos y conductas juegan un papel clave. Por tanto, la hipnosis como técnica promotora de cambio sobre estos factores puede resultar útil.
  • Terapia de aceptación y compromiso: la terapia de aceptación y compromiso se basa, como su nombre indica, en aceptar el sufrimiento y, por tanto, en dejar a un lado la evitación como estrategia de afrontamiento y en comprometerse con los valores u objetivos vitales.
  • Mindfulness: la filosofía de esta terapia se basa principalmente en vivir el presente, en estar atento a lo que sucede sin juzgar ni interpretar. En otras palabras, se fundamenta en aceptar la realidad tal como es. Las personas que puntúan más alto en mindfulness sienten menos dolor, presentan una mayor calidad de vida y sufren menos emociones negativas.
  • Escritura emocional: se hipotetiza que la escritura puede servir para: organizar y dar sentido a la experiencia; facilitar la comunicación con el entorno social, constituir una especie de "exposición" a los hechos y a las emociones.
  • Terapia cognitivo-conductual: los pacientes tratados conjuntamente con ambas técnicas (médica y psicológica) muestran una mayor reducción del dolor, de la incapacidad y de los estados de ánimo negativos.

 

Enlaces

Mindfulness en el tratamiento del dolor

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  • Referencias

    1. Balbás Repila A. La psicología del dolor (que no quiere decir que el dolor sea psicológico). [Internet]. Cursos de verano Universidad Complutense de Madrid (UCM). 19 de julio de 2017, El Escorial. [Citado 20 jun 2023]. Disponible en: http://www.taiss.com/escorial/curso-dolor-10-ana-balbas-dolor-psicologico.pdf

    2. Monsalve Dolz V. Intervención psicológica en el tratamiento del dolor crónico. En: Monsalve Dolz V, Soriano Pastor J, Carbajo Álvarez E, Santolaya FJ. (coords).Guía práctica de psicología de la salud en el ámbito hospitalario. Valencia: Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana; 2009..

    3. Moix J, Casado MI. Terapias psicológicas para el tratamiento del dolor crónico. Clin Salud. 2011;22(1):41-50.

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