Clasificación del dolor

14 de marzo de 2023

Tipos de dolor atendiendo a la duración:

Dolor agudo

Se considera como dolor agudo una respuesta normal, fisiológica y predecible del organismo frente a una agresión química, física o traumática. Por tanto, dolor agudo es aquel que persiste mientras dura el proceso de curación o cicatrización de los tejidos. En este sentido, un dolor cuya duración excede de 3 ó 6 meses puede considerarse como crónico. Bonica propone hablar de dolor agudo y crónico en función de la duración y de la cantidad de patología subyacente, de manera que los procesos de corta duración con mucha patología subyacente coincidirían con dolor agudo y los procesos dolorosos de mayor duración y menor patología subyacente se enmarcarían como dolor crónico.1

El dolor agudo es un elemento fundamental para la supervivencia del organismo. Constituye un sistema de alarma de primer orden y advierte o avisa de que existe algún peligro para la integridad del organismo que merece atención, permitiendo poner en marcha los mecanismos de evitación o protección.1

Entre las características del dolor agudo podemos mencionar las siguientes:1

  • Es secundario a una lesión tisular real o potencial.
  • Constituye un sistema de alarma de primer orden.
  • Su curso temporal discurre paralelo al proceso de reparación.
  • Desaparece la cicatrizar los tejidos.
  • Es un síntoma de enfermedad.
dolor agudo

Figura 1: Dolor agudo
Fuente: Banco de imágenes de Dolor.com

Dolor crónico

Es el que persiste más de 3 a 6 meses desde el momento de la agresión tisular. Entre las características del dolor crónico podemos destacar las siguientes:1

  • La persistencia temporal más allá de la reparación tisular.
  • Ser secundario a cambios fisiopatológicos que se producen en el sistema nociceptivo.
  • A diferencia del dolor agudo que constituye un síntoma de una enfermedad, el dolor crónico constituye una enfermedad en sí mismo.
dolor cronico

Figura 2: Dolor crónico
Fuente: Banco de imágenes de Dolor.com

En un estudio transversal realizado por teléfono en una muestra de 1.957 sujetos realizado en población española, se objetivó que la prevalencia de dolor en el último mes fue de un 19,9% y la de dolor crónico de un 16,6% con una mayor prevalencia en mujeres. La duración del dolor era de aproximadamente de 10 años y un 43,4% de los sujetos notificaron tener dolor de moderado a intenso, un 35% con dolor intenso a pesar de que un 69,2% de los sujetos estaban tomando tratamiento para el alivio del dolor. El dolor estuvo presente en más de una localización en 45,4%, siendo las localizaciones más frecuentes las piernas y/o articulaciones.2

Un 30% ha estado de baja a lo largo de su vida laboral a consecuencia de su dolor, un 22% de los pacientes que sufren dolor crónico pierden su empleo y un 4% se ve obligado a cambiar de puesto de trabajo.3 Es uno de los principales motivos de consulta médica, y especialmente en Atención Primaria, ocasiona un importante gasto y consumo de recursos.1 De hecho, el dolor es la segunda causa de consulta en Atención Primaria y más del 50% de las consultas están relacionadas con el dolor crónico.4En España, se estima que los costes asociados al dolor crónico, directos e indirectos, son de 16.000 millones de euros anuales, representando el 2,5% del PIB.3

Diferencias entre dolor agudo y crónico
Dolor Agudo Crónico
Síntoma Enfermedad
Intensidad Proporcional No proporcional
Evolución Transitoria Permanente/recurrente
Función biológica No
Se asocia con Ansiedad Depresión
Respuesta al tratamiento Buena Regular

 Ver información sobre la nueva clasificación del dolor crónico según la CIE-11


Tipos de dolor atendiendo a la fisiopatología:

Dolor nociceptivo

El dolor nociceptivo resulta de la actividad en vías neuronales, secundaria a estímulos reales o estímulos que podrían potencialmente dañar el tejido.5

- Somático

El dolor somático es aquel cuyo origen es la información nociceptiva procedente de cualquier tejido que constituye la estructura del cuerpo. Estos tejidos son: huesos, músculos, articulaciones, ligamentos y tendones de la columna, tronco y extremidades. Técnicamente, también incluiría el dolor mediado por el sistema nociceptivo procedente del cráneo, las meninges que recubren el cerebro y la médula ósea y los dientes. De forma más explícita, el dolor somático incluye todos los dolores procedentes de estructuras no viscerales del cuerpo. El dolor procedente del cráneo se incluye como cefalea y el dolor de los dientes, como dolor dental. Por tanto, cuando hablamos de dolor somático nos referimos a todas aquellas estructuras musculoesqueléticas de la pared torácica y abdominal, la columna y las extremidades. El dolor de origen musculoesquelético es la causa más frecuente de consulta en las Unidades de Dolor.1

- Visceral

El dolor visceral es el que proviene de órganos internos como el corazón y grandes vasos, los pulmones y las vías respiratorias, el aparato digestivo, el hígado, vesícula biliar, los órganos urológicos, como riñones y vías excretoras, y el aparato reproductor. Tradicionalmente, el dolor somático se entiende como una forma de protección del organismo; sin embargo, en el caso del dolor visceral, su contribución a la protección del individuo está menos clara. Algunos órganos internos son insensibles al dolor y, en otras ocasiones, el dolor en vísceras como el hígado aparece cuando existe una lesión muy importante y extensa, que puede comprometer la vida, siendo ya demasiado tarde para adoptar medidas curativas.1

El dolor visceral cumple 5 características clínicas1:

  1. En primer lugar, hay que destacar que no todas las vísceras son capaces de generar dolor; de hecho, el hígado, los riñones, el parénquima pulmonar y la mayoría de las vísceras sólidas no son capaces de generar sensaciones dolorosas.
  2. No siempre se asocia a estímulos nocivos o agresivos. Por ejemplo, algunos estímulos lesivos, como cortes o quemaduras, pueden no provocar dolor y estímulos no nocivos, como la distensión, pueden resultar dolorosos.
  3. El dolor visceral se caracteriza por ser difuso y estar mal localizado.
  4. Se acompaña de dolor referido en otras localizaciones.
  5. Es capaz de desencadenar respuestas reflejas vegetativas y motoras.

Dolor neuropático

El dolor neuropático  se define como el dolor que aparece como consecuencia directa de una lesión o enfermedad que afecta al sistema somatosensorial.1

El dolor neuropático es una descripción clínica que requiere la presencia de una enfermedad o lesión demostrable que satisfaga los criterios diagnósticos neurológicos. La presencia de signos y síntomas solos no justifica el término de dolor neuropático.1

Cuando se produce una enfermedad o lesión en el sistema de somatosensorial se inician una serie de cambios en el sistema de conducción del dolor que actúan como amplificadores del mismo. Entre los mecanismos implicados en el dolor neuropático se conocen los siguientes1:

  1. Actividad ectópica.
  2. Sensibilización periférica.
  3. Sensibilización central.
  4. Disminución de la modulación inhibitoria.
  5. Activación de la microglía.

Dependiendo de la localización de la lesión en el sistema nervioso, hablaremos de dolor neuropático central o periférico.1

Dolor nociplástico

El dolor nociplástico es el dolor que surge del procesamiento anormal de las señales de dolor sin ninguna evidencia clara de daño tisular o patología discreta que involucre el sistema somatosensorial. Anteriormente se conocía como síndromes de dolor funcional, estas condiciones incluyen estados de dolor como fibromialgia, síndrome del intestino irritable y, posiblemente, el dolor de espalda inespecífico. Los mecanismos fisiopatológicos que causan estos trastornos principalmente implican el procesamiento sensorial aumentado y disminución de las vías inhibitorias. Con pocas excepciones, las intervenciones procedimentales se asocian con peores resultados en individuos con dolor nociplástico que en pacientes con dolor nociceptivo o dolor neuropático.5


Tipos de dolor atendiendo a la etiología:

Dolor oncológico

El dolor oncológico es un síntoma complejo, que cambia a lo largo del tiempo y que es el resultado final de varios mecanismos de dolor. Abarca mecanismos inflamatorios, neuropáticos, isquémicos y compresivos en diversos lugares.1

El dolor oncológico puede ser secundario a1:

  • La propia enfermedad por invasión y compresión de estructuras.
  • Los tratamientos aplicados para el proceso oncológico: cirugía, quimioterapia y radioterapia.
  • Los efectos de la enfermedad, como úlceras y debilidad.
  • Otras comorbilidades, muchas veces, relacionadas con la edad.

El dolor oncológico, a su vez, puede ser agudo o crónico. Además de la propia enfermedad, existen otros factores que pueden influir en la percepción del dolor oncológico como1:

  • El componente emocional, incluida la ansiedad y la depresión.
  • El componente cognitivo, que implica la confianza del paciente en su habilidad para manejar el dolor, la catastrofización o la desesperanza.
  • El componente social, que incluye el soporte que el paciente recibe por parte de su entorno.

Otro factor a tener en cuenta en el caso del dolor oncológico es la presencia de dolor irruptivo. Se considera como dolor irruptivo un recrudecimiento del dolor superpuesto a un patrón de dolor de base estable en pacientes tratados con opiáceos mayores. El dolor irruptivo puede ser secundario a causas reconocibles como caminar o toser, sobre todo, en presencia de metástasis óseas. En otras ocasiones puede no estar asociado a ninguna causa siendo por ello incidental y volicional. O desencadenado por causas conocidas, pero no voluntarias, por ejemplo toser o respirar (siendo entonces incidental no volicional). El dolor incidental secundario a alguna actividad puede ser más previsible y, por lo tanto, puede tratarse con alguna antelación, pero habitualmente condiciona una disminución importante en la actividad y calidad de vida del paciente. El dolor irruptivo sin causa reconocible es más imprevisible y, por tanto, más difícil de tratar satisfactoriamente (no incidental).1

Dolor no oncológico

También se llama dolor no maligno o benigno e incluye todos aquellos dolores que no son secundarios a un proceso oncológico o a sus tratamientos.1


Tipos de dolor atendiendo al sistema afectado:

En función del sistema que se vea afectado podemos encontrar diversos tipos de dolor: el que afecta al sistema nervioso, al sistema respiratorio y cardiovascular, al sistema musculoesquelético, al sistema cutáneo y subcutáneo, al sistema gastrointestinal y al sistema genitourinario. Los más comunes son los que afectan al sistema nervioso y al sistema musculoesquelético. 1

Sistema nervioso

Si el sistema nervioso se ve implicado, puede producirse dolor neuropático central o periférico.1

Sistema musculoesquelético

El dolor musculoesquelético afecta al esqueleto, articulaciones y a las partes circundantes. Dentro del dolor musculoesquelético podemos hablar de dolor agudo o crónico en función de su duración, de dolor nociceptivo o mixto en función de la fisiopatología, y de dolor articular, miofascial o tendinoso, en función de la estructura que genere dolor.1

La importancia del dolor musculoesquelético, al margen de que es el que con mayor frecuencia vemos en las unidades del dolor, es el enorme impacto socioeconómico que implica. De hecho, el dolor musculoesquelético supone una carga económica que se coloca inmediatamente detrás de la carga que supone la enfermedad cardiovascular.1


Tipos de dolor atendiendo a la intensidad:

Cuando clasificamos el dolor en función de su intensidad, debemos ser conscientes de que nos basamos en la información aportada por el paciente y que ésta siempre es subjetiva. 1

La Escala Visual Analógica (EVA) es la escala más utilizada para medir el dolor. Se representa, habitualmente, como una línea horizontal de 100 mm con anclajes en ambos extremos que van desde ausencia de dolor hasta el peor dolor imaginable.1

En función de la puntuación obtenida hablaríamos de dolor1:

  • Leve
  • Moderado
  • Intenso

Otros tipos de dolor:

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Media:

  • Referencias

    1. Fernández Esplá A, García Helguera E. Tipos de dolor. En: Vidal J. (dir.) Manual de medicina del dolor. Fundamentos, evaluación y tratamiento. 1ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2016. Pág 63-69

    2. Dueñas M, Salazar A, Ojeda B, Fernández-Palacín F, Micó JA, Torre LM, et al. A Nationwide Study of Chronic Pain Prevalence in the General Spanish Population: Identifying Clinical Subgroups Through Cluster. Pain Medicine 2015; 16(4): 811–822

    3. Torralba A, Miquel A, Darba J. Situación actual del dolor crónico en España: iniciativa “Pain Proposal”. Rev Soc Esp Dolor. 2014; 21: 16-22

    4. Sánchez J, Tejedor A, Carrascal R (coords.). Documento de consenso. La atención al paciente con dolor crónico no oncológico (DCNO) en Atención Primaria (AP). [Internet]. Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). 2016. [Citado 02 mar 2023]. Disponible en: https://www.semfyc.es/wp-content/uploads/2016/06/DOCUMENTO-CONSENSO-DOLOR-17-04-A.pdf

    5. Cohen SP, Vase L, Hooten WM. Chronic pain: An update on burden, best practices and new advances. Lancet. 2021; 397(10289): 2082–2097

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