Se habla mucho sobre las terapias para el cáncer en sus distintas manifestaciones y se ofrecen cifras de incidencia y mortalidad, pero ¿qué poco tiempo dedicamos a los pacientes que han conseguido superar un proceso cancerígeno y que necesitan una evolución en sus tratamientos que les ayude a superar las secuelas físicas, el dolor y los aspectos psicosociales de la enfermedad?
Según cifras de 2019 (SEOM) en España se estima que alrededor de 1.500.0001 personas han sobrevivido a cánceres diagnosticados entre 2008 y 2013 con una supervivencia neta de 5 años. De ellos un 55,3% son hombres y el 61,7 son mujeres2.
GEPAC (Grupo Español de Pacientes con Cáncer) realizó en 2012 una encuesta en la que participaron 2.067, de ellos un 84% habían finalizado los tratamientos oncológicos en un periodo de tiempo de 1 a 5 años. En este estudio se pretendió dar visibilidad a las secuelas que pueden dificultar la reinserción laboral y social del paciente, como se abordan los tratamientos médicos que requiere el superviviente al cáncer, así como el seguimiento de los aspectos psicológicos y sociales relacionados a la enfermedad.3
El final de una fase aguda de cáncer supone la adaptación del paciente a una “nueva normalidad” en la que retomar su actividad anterior al cáncer no es tan fácil ni tan inmediato. Es un periodo al que, a menudo, se enfrenta huérfano de una atención terapéutica que sigue haciéndole falta.
En cuanto al cáncer y su tratamiento, el abordaje terapéutico se circunscribe a un seguimiento cada vez más espaciado enfocado en la realización de pruebas para una detección precoz de posibles recidivas.

Las dificultades a las que se enfrenta el paciente se pueden describir en varios entornos:
- Impacto a nivel físico
- Para un 64% de los pacientes en España el mayor problema es la pérdida de energía y el cansancio.3
- El dolor fue otro de los síntomas incapacitantes, un 12% refirió dolor crónico a largo plazo tras su tratamiento. Un 46,2% destacó que la atención recibida en este problema era escasa y la analgesia insuficiente.4
- Los problemas relativos a la sexualidad afectaron a un 40%.3
- Impacto a nivel emocional
- El principal problema emocional es el miedo a la recaída manifestado por el 61% de los consultados.3
- Un 53% declaran episodios de angustia y ansiedad y mucha preocupación.3
- Impacto a nivel social
- Un 30% disminuye la frecuencia de su participación en eventos y reuniones sociales.
- 8 de cada 10 encuentran satisfactorio el apoyo recibido de familiares y amigos.3
- Impacto laboral y económico
- 3 de cada 10 se han sentido discriminados o perjudicados laboralmente.
Al 10%, su enfermedad le impide retomar la jornada laboral completa.3

Los pacientes supervivientes al cáncer mediante esta encuesta ponen de manifiesto un importante abandono en la atención médica y psicosocial, que le ayude a reincorporarse a su vida familiar y laboral. 6 de cada 10 recibieron seguimiento de su oncólogo, y la mitad de su médico de Atención Primaria. Sólo un 20% recibieron ayuda de organizaciones de pacientes o de un psico-oncólogo.
Demandan un plan de seguimiento estandarizado para las personas que finalizan un tratamiento oncológico que se componga de:
- Un equipo multidisciplinar coordinado, integrado por: médico, enfermera, psicólogo y trabajador social.
- La posibilidad de tomar parte activa en la toma de decisiones en la fase posterior a su tratamiento.
- Con una guía clara de seguimiento y consejos nutricionales y de actividad física.
- El contacto de un profesional sanitario de referencia que les facilite el acceso a los recursos sanitarios disponibles. De acuerdo con la Red Nacional Integral del Cáncer de Estados Unidos (NCCN), la enfermería es una de las claves fundamentales en la atención sanitaria a los supervivientes de cáncer.4
Autores
- Cayetano Naranjo; Biólogo molecular y divulgador científico
- Belén Diego; Periodista, medical writer y divulgadora científica
