Prevalencia y sintomatología del síndrome del túnel carpiano
16 de julio de 2024
El 3,8% de la población mundial padece dolor, falta de respuesta y sensación de picor en las manos: están sufriendo los síntomas típicos del síndrome del túnel carpiano (STC).1
Se trata de la neuropatía por atrapamiento más frecuente entre la población general, y se debe a la compresión sintomática del nervio mediano a nivel de la muñeca.1,2 La tasa de incidencia de esta patología difiere de hombres a mujeres, siendo del 9,2% para estas últimas y del 6% en los hombres.1 En el 60% - 80% de los casos puede evolucionar hasta afectar a las dos manos.2
El STC es causa de un gran número de ausencias laborales y bajas médicas, por lo que constituye una importante fuente de preocupación para los profesionales sanitarios, los proveedores de servicios de salud y las administraciones sanitarias1–3.
Es una afección claramente relacionada con la actividad laboral, por lo que en España es reconocida desde 2018 como “Enfermedad Profesional causada por Agentes Físicos” cuando se produce la compresión del nervio mediano en la muñeca debida a “trabajos en los que se produzca el apoyo prolongado y repetido de forma directa o indirecta sobre las correderas anatómicas que provocan lesiones nerviosas por compresión”2,3. El STC es el responsable del 24,1% de todas las enfermedades profesionales registradas por el Área de Prevención de FREMAP3. Su relación con el trabajo se confirma porque los niveles de prevalencia varían entre las diferentes ocupaciones, hasta el punto de que, en la industria del procesamiento de pescado, la incidencia estimada entre los trabajadores es del 73%.2
POSICIONES, LABORES Y HERRAMIENTAS
La actividad laboral es un claro factor de riesgo de padecer STC, sobre todo aquellas en las que se realizan esfuerzos y movimientos repetitivos, posturas forzadas mantenidas o se manejan herramientas que producen impacto o vibración, ya que todos estos mecanismos aumentan el riesgo de padecer una compresión del nervio mediano a su paso por el túnel del carpo.1,3 Realizar una fuerza de presión superior a 4 kg también aumenta la probabilidad de padecer STC.1
El crecimiento de las tasas de eventos de STC también se atribuye al aumento de la esperanza de vida de los trabajadores. Por otra parte, los pacientes diabéticos presentan una mayor propensión a la STC por su mayor incidencia de neuropatías. En estos pacientes la incidencia es del 14% mientras que, si presentan neuropatía diabética, sube al 30%.1 Por otro lado, la tasa de incidencia durante el embarazo es sólo del 2%.1
SINTOMATOLOGÍA PERSONALIZADA
Los síntomas característicos son el dolor y la parestesia en la distribución del nervio mediano, incluyendo la cara palmar de los tres primeros dedos y la mitad radial del cuarto. Los síntomas comienzan en reposo, generalmente por la noche, y se distribuyen ampliamente comenzando por la muñeca y pudiendo alcanzar toda la mano e irradiar hasta el hombro2 (figura 1).
Las fibras nerviosas sensitivas son más sensibles a la compresión que las motoras, por lo que los primeros síntomas suelen ser el dolor y la parestesia, permaneciendo durante toda la evolución del STC, aunque en los casos más severos pueden verse afectadas las fibras motoras y aparecer debilidad en la abducción y en la oposición del pulgar.2 El dolor nocturno provoca interrupción del sueño, y la desaparición del dolor puede implicar la pérdida sensitiva permanente.2
Figura 1. Síntomas de dolor dentro del territorio inervado por el nervio mediano (A), distribución en guante (B) o síntomas del nervio extra mediano (C).4
Las grandes variaciones de la anatomía de la muñeca entre los pacientes, hace que la distribución de los síntomas sea también muy variada. Puede haber diferencias anatómicas en los nervios (nervio mediano bífido, rama motora del nervio mediano, rama cutánea palmar del nervio mediano, posición intratúnel del nervio cubital…), lo que condiciona sintomatologías diferentes y con irradiaciones distintas.1
¿NEUROPÁTICO, NOCICEPTIVO O NOCIPLÁSTICO?
La evolución del STC tiene tres etapas con manifestaciones sintomáticas diferentes. En la primera los síntomas son principalmente nocturnos y el paciente se despierta con entumecimiento o sensación de hinchazón en la mano, pero sin hinchazón perceptible. Puede haber dolor intenso en la muñeca que podría irradiar hasta el hombro con hormigueo en la mano y los dedos. Se trata de la fase de braquialgia parestésica nocturna.1
En la segunda fase los síntomas comienzan a aparecer durante el día, cuando el paciente realiza una actividad repetitiva con la mano o la muñeca o si la mantiene prolongadamente en una determinada posición. También puede notar torpeza al agarrar objetos, lo que hace que se le caigan.1 En la etapa final, aparece hipotrofia o atrofia de la eminencia tenar (conjunto de músculos cortos que trabajan juntos para facilitar los movimientos del pulgar).1
Para diagnosticar el STC se evalúa la sintomatología característica hallada en el examen físico, basado en maniobras de exploración que evidencian trastornos sensitivos y/o motores1,2,4. Estas maniobras son el signo de Tinel, que es positivo cuando el tapping (percusión ligera) a lo largo del túnel carpiano produce síntomas en la distribución del nervio medio, y la maniobra de Phalen, que es positiva cuando la flexión de la muñeca a 90 grados produce síntomas en la misma distribución.1
También puede pedirse a los pacientes que completen un cuestionario de autodiagnóstico (diagrama de la mano de Katz) en el que especifican las partes de su mano en las que muestran entumecimiento, dolor, hormigueo o hipoestesia.
Cuando es imposible establecer un diagnóstico preciso basado en la clínica, puede recurrirse a los ultrasonidos y a la electromiografía, que tiene una sensibilidad del 56%-85% y una especificidad del 94%-99%. Su uso permite confirmar el diagnóstico, planificar la cirugía y estimar un pronóstico. Lamentablemente, en los casos severos la probabilidad de una reincorporación completa al puesto de trabajo es reducida.2
El STC es considerado una afección neuropática, pero algunos pacientes presentan síntomas que cumplen algunos criterios de la definición de dolor nociplástico de la IASP, lo que da lugar a un dolor de fenotipo mixto.4
Algunos trabajos (Fernández de las Peñas et al. 2023) indican que el STC puede presentar fenotipo neuropático, nociplástico, nociceptivo y diversas combinaciones entre ellos, y sugieren que la identificación del fenotipo del paciente permitirá la aplicación de un tratamiento personalizado.4 Por este motivo, proponen diagnosticar el STC comenzando por evaluar la duración del dolor (al menos 3 meses), analizar su distribución (figura 1), determinar si hay dolor nociceptivo, neuropático, confirmar si hay hipersensibilidad o historia de hipersensibilidad y las posibles comorbilidades que puede presentar el paciente.4
Durante el diagnóstico del STC, es esencial tener en cuenta que otras afecciones también pueden proporcionar síntomas similares al STC, por lo que el diagnóstico diferencial es fundamental para distinguir la artritis carpometacarpiana del pulgar, cuyos síntomas incluyen un movimiento insoportable del pulgar, una evaluación positiva de la molienda y resultados radiográficos. Otras afecciones incluyen radiculopatía cervical, cuyos síntomas incluyen dolor en el cuello, entumecimiento de los dedos pulgar e índice, y resultados positivos de la prueba de Spurling; y la tendinopatía de De Quervain, que es responsable de la sensibilidad en la estiloides radial distal.1 También ayuda a descartar la neuropatía periférica, el síndrome del pronador y el síndrome de Raynaud.1
FÉRULAS, MEDICACIÓN O CIRUGÍA
El tratamiento del STC está en función de la gravedad y la discapacidad.1 En los casos más leves o moderados, se comienza con un tratamiento conservador que incluye férulas, corticosteroides, fisioterapia, ultrasonido terapéutico y yoga. En estos casos se produce una mejora de los síntomas en un plazo de dos a seis semanas, con un beneficio máximo a los seis meses. Además, las férulas son la opción preferida en los casos debidos a factores de riesgo reversibles, como el embarazo.1
A pesar de que el tratamiento conservador consigue una respuesta positiva en el 80% de los casos, existe un 80% de probabilidad de que los síntomas vuelvan en el plazo de un año.1 En cualquier caso, cuando no hay mejoría, los síntomas persisten o son progresivos, los pacientes deben ser evaluados para la descompresión quirúrgica del túnel carpiano.1
Existen varios tipos de cirugías, pero las más utilizadas son la cirugía mínimamente invasiva y la endoscópica, ya que disminuyen el dolor postoperatorio y los síntomas iatrogénicos. El método endoscópico reduce también el dolor postoperatorio, la cicatriz y además tiene una mayor recuperación de la función y vuelta al trabajo. La cirugía es exitosa en el 90% de los casos, donde el 89% volvieron a su puesto de trabajo al 100% de su capacidad para la actividad laboral desempeñada previamente.2
El STC es una afección médica común que sigue siendo una de las formas más frecuentes de compresión del nervio mediano. Se trata de una patología de gran relevancia en el ámbito laboral y un reto para los profesionales de la salud, ya que su diagnóstico preciso y tratamiento adecuado son determinantes de una rápida recuperación y pronta reincorporación al trabajo.2
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Referencias
1. Genova A, Dix O, Saefan A, Thakur M, Hassan A. Carpal Tunnel Syndrome: A Review of Literature. Cureus. Published online March 19, 2020. doi:10.7759/cureus.7333
2. Hernández Granados A, López Aragonés JM, Peiró García J, Pérez García M. Análisis de los determinantes que influyen en el retorno al trabajo tras intervención quirúrgica por síndrome del túnel carpiano. Med segur trab. 2020;66(258):26-46. doi:10.4321/S0465-546X2020000100004
3. Sutil Blanco Á, Bernaldo De Quirós Ramos S, Varillas Delgado D, García De Lucas F. Factores de riesgo y síndrome del túnel carpiano en el entorno laboral. Rev Iberoam Cir Mano. 2018;46(01):020-025. doi:10.1055/s-0038-1642596
4. Fernández-de-las-Peñas C, Fuensalida-Novo S, Nijs J, et al. Carpal Tunnel Syndrome: Neuropathic Pain Associated or Not with a Nociplastic Condition. Biomedicines. 2023;11(6):1744. doi:10.3390/biomedicines11061744