La rapidez de acción según las diferentes vías de administración en el tratamiento de la migraña

19 de abril de 2024


La migraña es un trastorno crónico del sistema nervioso que provoca fuertes dolores de cabeza que pueden venir acompañados de síntomas como náuseas, vómitos y trastornos sensitivos como sensibilidad a la luz y al sonido. Afecta a más de 5 millones de personas en España, correspondiéndose el 80% de los casos a mujeres de mediana edad1.

Las náuseas y vómitos dificultan significativamente el manejo de la migraña al limitar la absorción oral de los tratamientos en algunos casos, lo que causa una mayor impacto en la calidad de vida del paciente2.

Actualmente, no existe cura, pero sí tratamiento. En función del dolor y los síntomas, se recetará un tratamiento u otro. Por un lado, tratamientos para controlar el dolor, utilizados para detener los síntomas y, por otro lado, tratamientos preventivos que se recetan para mitigar la intensidad del dolor, la frecuencia de las crisis y prevenir su aparición3.

Cabe destacar que la vía de administración de cada fármaco asegura que este llegue con la concentración idónea para ser eficaz, es decir, que haga el mayor efecto posible minimizándose la pérdida del medicamento mientras esté dentro del organismo. Por tanto, es importante, en cada caso, elegir la vía de administración que mejor se adapte a las necesidades de cada paciente para asegurar, de esta forma, la toma correcta del fármaco y su eficacia.

La rapidez de acción según las diferentes vías de administración en el tratamiento de la migraña

Los tratamientos farmacológicos para la migraña se pueden administrar por cuatro vías diferentes4:

  • Oral: Es la vía de administración que ofrece más opciones: cápsulas, comprimidos masticables, jarabes… La absorción se produce en el intestino delgado; por lo tanto, es más lenta. La desventaja de esta vía de administración es que el medicamento puede tener un sabor desagradable, lo que dificulta su uso, por ejemplo, en niños y personas ancianas. En otros casos, pueden irritar el tracto digestivo dando lugar a náuseas y/o vómitos, por lo que puede no estar indicado según qué pacientes4.
  • Subcutánea: en este caso la administración del medicamento se realiza por inyección debajo de la piel, evitando los efectos adversos de la administración oral. Como principales inconvenientes es que resulta a veces dolorosa, y conlleva un riesgo de infecciones si no se hace correctamente. Sin embargo, los medicamentos que se administran por esta vía entran directamente al torrente sanguíneo, provocando que sus efectos sean inmediatos4.
  • Intranasal: mediante un spray, el medicamento se absorbe a través de la mucosa de la nariz, y es útil para aquellos pacientes que tengan absorción digestiva lenta. La vía intranasal resulta la manera más cómoda de tomar los fármacos. A pesar de ello, algunos medicamentos intranasales pueden provocar irritación en los conductos nasales4.
  • Rectal: por supositorios, útiles en casos de inconsciencia del paciente o en niños, elimina los problemas de mal sabor y al realizarse la absorción a través del plexo hemorroidal, se evita en parte el paso hepático, por lo que evita efectos adversos como náuseas y vómitos. La absorción es rápida debido al delgado revestimiento del recto, lo que posibilita que se traslade rápidamente al torrente sanguíneo4.

Por tanto, no existe una vía de administración de preferencia, siempre dependerá de las características y circunstancias del paciente, ante las que el médico tomará la mejor decisión de que vía de tratamiento es la más recomendable. Por tanto, siempre se debe pedir el consejo de un profesional sanitario y, sobre todo, no automedicarse, ya que las migrañas no se manifiestan de la misma manera en todas las personas y por ello el tratamiento deberá ser personalizado.

Por último, destacar que además de los tratamientos farmacológicos, los profesionales sanitarios también recomiendan beber mucha agua, permanecer en sitios oscuros y en silencio e intentar dormir las horas recomendadas2.

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