La modificación de la dieta tiene el potencial de ayudar en el alivio del dolor crónico, a través de la reducción de alimentos proinflamatorios e incrementando la ingesta de frutas, verduras y ácidos grasos insaturados como el omega-3.
La dieta mediterránea, por ejemplo, es una de las que está asociada a niveles más bajos de inflamación.*
*Basado en la revisión sistemática.

