
Introducción y distinciones entre ERGE, acidez y reflujo
17 de marzo de 2025
Introducción y distinciones entre ERGE, acidez y reflujo:
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es una condición médica cuya prevalencia ha ido en aumento en las últimas décadas, alcanzando cifras cercanas al 15 % de la población mundial. Este fenómeno muestra variaciones notables dependiendo de la región geográfica analizada. Se ha atribuido a diversos factores de riesgo que se distribuyen de manera desigual entre las poblaciones.1
Es fundamental, especialmente fuera del ámbito de la atención primaria, reconocer las diferencias entre acidez y reflujo, ya que es esencial para realizar una valoración y tratamiento farmacológico adecuado. 2
- Acidez: Sensación de ardor o quemazón en la zona epigástrica, que puede ir acompañada de distensión abdominal, plenitud después de las comidas, dolor en el epigastrio o saciedad precoz.2
- Reflujo: Ardor o quemazón en la zona retroesternal, que puede ir acompañado de regurgitación o la sensación de que el contenido gástrico asciende hacia el esófago de manera espontánea, sin causas externas que lo desencadenen (como náuseas o vómitos). 2
- ERGE: Trastorno que se presenta cuando el reflujo gástrico provoca síntomas molestos con frecuencia o desencadena complicaciones. Además, se estima que el 73 % de los pacientes experimentan tanto acidez como reflujo de manera indistinta, por lo que es crucial que los profesionales de la salud, especialmente los farmacéuticos, comprendan bien las distinciones entre ambas condiciones. 2
Impacto del ERGE en el paciente:
Esta patología tiene un impacto considerable en la calidad de vida del paciente y en su actividad social y laboral, lo que refuerza la necesidad de no restarle importancia a esta afección. 1
La ERGE comparte algunas manifestaciones clínicas con otros trastornos funcionales, como la dispepsia y la pirosis funcional, así como con enfermedades extradigestivas. Esto puede dificultar su diagnóstico diferencial en algunas ocasiones. En otras, la clave está en determinar si el reflujo es responsable de síntomas atípicos. 1
Epidemiología: prevalencia, incidencia e impacto en la calidad de vida:
Uno de los principales desafíos para determinar la prevalencia exacta de la ERGE radica en la dificultad para definir y delimitar claramente la enfermedad. 1
Según un metaanálisis reciente, cuando el diagnóstico de ERGE se basa en la presencia de síntomas típicos (pirosis y regurgitación) al menos una vez por semana, la prevalencia mundial se sitúa en un 13,3 %. En Europa, donde hay más datos disponibles, este porcentaje asciende al 17,1 %. En España, el 9,8 % de la población experimenta síntomas típicos de ERGE al menos una vez por semana. 1
El impacto de la ERGE en la calidad de vida es considerable. Se ha encontrado que las mujeres, la gravedad de los síntomas y la presencia de síntomas nocturnos están asociados con un mayor deterioro de la calidad de vida. En pacientes con obesidad, la enfermedad afecta negativamente el componente físico del SF-36, pero no parece influir en el componente mental. 1
La ERGE también tiene repercusiones en la actividad laboral, con un aumento en el ausentismo y una reducción en las horas productivas, lo que conlleva pérdidas económicas significativas, tanto por los costes directos como los derivados de las visitas médicas y los tratamientos. 1
Medidas higiénico-dietéticas para el paciente:
Es fundamental motivar a los pacientes a modificar sus hábitos y estilo de vida para reducir el reflujo y la acidez gástrica, ayudándoles a adoptar nuevas rutinas que favorezcan la salud digestiva. 2
Entre las recomendaciones más comunes para prevenir o aliviar la acidez y/o el reflujo se incluyen: 2
- Mantener un peso saludable. La pérdida de peso ha mostrado ser beneficiosa para reducir los síntomas de la ERGE y mejorar la eficacia de los tratamientos médicos.
- Evitar comidas copiosas, optando por comer en menor cantidad pero con mayor frecuencia, distribuyendo las ingestas a lo largo del día en 5-6 comidas. También es importante evitar acostarse con el estómago lleno, ya que esto favorece el ascenso de los ácidos estomacales hacia el esófago. Estas prácticas mejoran la digestión y previenen el reflujo.
- Dedicarse un tiempo adecuado para comer (entre 20 y 45 minutos), masticando bien los alimentos.
- Identificar y evitar alimentos que desencadenen síntomas, como café, chocolate, té, tomate, alimentos picantes, cítricos y bebidas gaseosas. La reducción de la cantidad de comida ingerida, el control de la grasa en la dieta y evitar estos alimentos específicos puede limitar los episodios de reflujo al disminuir la relajación transitoria del esfínter esofágico inferior (EEI) y mantener su presión basal.
- Elevar la cabecera de la cama 20 cm y evitar la posición de decúbito después de comer. Acostarse sobre el lado izquierdo facilita el vaciado gástrico.
- Evitar fumar, ya que el tabaco disminuye la presión del esfínter esofágico inferior (EEI).
- Gestionar el estrés de manera efectiva.
- Evitar realizar ejercicio físico intenso inmediatamente después de comer, ya que esto puede incrementar la acidez gástrica.
- No usar ropa ajustada o cinturones apretados que aumenten la presión intraabdominal, lo que puede favorecer el reflujo debido a la presión sobre el estómago.
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Referencias
1. Rey E. Tratamiento médico. En: Alcedo J. (coord.). Documento de actualización de la Guía de Práctica Clínica sobre la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico en el adulto. Asociación Española de Gastroenterol. Madrid: IMC, S.A.; 2019. pp. 69-74
2. Hábitos de vida saludables. En: Serra J. (coord.). Actualización en el manejo de los pacientes con acidez y/o reflujo en atención primaria y farmacia comunitaria. Madrid. Medea, Medical Education Agency S.L.; 2019. pp. 20-22